Demasiadas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces BASTA. Hacé algo que nunca hiciste, atrevete. Olvidate de que te están mirando. Intentá la jugada imposible. Corré el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nada te ata, nadie te obliga. Se vos mismo. No tenés nada que perder y todo, todo, por ganar.

viernes

Galeano dijo que se durmió con una mujer atragantada en la garganta. Yo tengo dos mujeres y un hombre, ¿Esta mal? No me explico cómo se produce o de dónde viene el cambio que me lleva de la felicidad extrema a la angustia más ahogada. A lo mejor debería dejar de amar con tanta intensidad. O a lo mejor encontrar la forma de contrarrestar el sentimiento de necesidad del otro.
Miro hacia atrás algunos años y veo una yo, que no es yo, una yo tan distinta que se me hace imposible identificarme. Dios, será que realmente soy la consecuencia de una metamorfosis? ¿Trascendí? No me lo explico, pero acepto el cambio, lo tomo y lo hago propio.
Y así voy, con el corazón abierto y las venas de tanto en tanto también, con la frente en alto, con un buen nombre, con una insignia marcada a fuego y arrastrando una valija pesada que a medida el camino avanza, le hace más leve.
Quiero tragarlas y quiero vomitarte por hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario