Demasiadas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces BASTA. Hacé algo que nunca hiciste, atrevete. Olvidate de que te están mirando. Intentá la jugada imposible. Corré el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nada te ata, nadie te obliga. Se vos mismo. No tenés nada que perder y todo, todo, por ganar.

viernes

Hoy es un día triste, empezó un viaje sin retorno, una salida sin vuelta atrás. Caen, corren y recorren de arriba a abajo mis mejillas las innumerables gotas, hijas directas de la angustia, único idioma que hoy pueden contar mis ojos. ¿Qué se hace cuando la muerte no vino súbitamente sino que nos acaricia, nos susurra al oído, nos cuentas historias que nos confunden y entorpece? ¿Qué se hace cuando no se quiere saber lo que se sabe? ¿Qué se hace cuando nada puede hacerse? ¿Qué clase de calamidad ataca el corazón, siempre torpe y frágil, atentando contra su integridad toda?
Porque estas en un túnel, sí mi viejo, estas es un túnel y no ves que lo que ves no es. Y ese túnel no tiene principio ni fin, es sólo un medio, un maldito medio. El túnel se ve como túnel pero no es, es una jaula que encapsula tu corazón y el mío y el de miles de personas que con vos nos perdimos, soñamos y vivimos cosas que aún teniendo todas las palabras del mundo no podríamos explicar, crecimos leyendo y viviendo en tu Cartagena de indias y por sobre todas las cosas, conocemos cada rincón de Macondo, cada escondite, cada árbol, cada carta, cada barco y cada persona que ponía ese pueblo que no se cuándo dejó de ser imaginario para pasar a ser nuestro hogar, patria, nuestro verdadero semillero, nuestra linda pero tan profundamente lastimada Latinoamérica.No se en qué momento te volviste parte de mí, no se cuándo fue que dejaste de ser un escritor, un periodista y pasaste a ser un sabio, un genio. Pero sé que esa obsesión, tu obsesión es también mía. Sé que esta angustia pica mucho, mucho y pica muy bien, y mucho dentro de mí. Sé que esa búsqueda que comenzaste hace muchísimo tiempo, la encontraste, por momentos fue tuya, pero te lastimaste, te hiciste mal porque buscabas ser perfecto y ya lo eras Gabo, eras todo eso que querías ser y todo eso que nosotros esperábamos que seas.No se apagaron las luces, se te encendieron otras. No se te cerraron los caminos, se volvieron curvos. No se acabaron las visitas a Macondo, se volvieron distintas, ahora tienen un sabor distinto, un olor que nos penetra y nos perfora de lado a lado cual empresa bananera. Porque con vos se va la vida de Macondo, el futuro. Pero con vos quedan también las tardes más cálidas y sensibles que viví, las mejores hazañas tienen gusto a memoria.Qué difícil saber que nunca más voy a verte reír, qué tristeza saber que ya no habrán ocurrencias tuyas, qué horrible verte y no sentirte Gabo.Juré ya hace mucho tiempo quererte hasta el fin, sostenerte más allá de todo y te lo prometo mi viejo, eso no va a cambiar. Si pudiera abrazarte ahora. Pero no puedo.Tan sólo puedo llenar el vacío con palabras, las palabras que vos me enseñaste, las que vos me regalaste, las que me hicieron sentir viva, las tuyas, tan tuyas que no puedo hacerlas mías, tan tuyas que se quedan marcadas en lo profundo. Y yo soy una más, no soy especial, pero vos sí. VOS. A VOS TE QUIERO DECIR GRACIAS, GRACIAS UNA Y UN MILLÓN DE VECES. ¿TE QUIERO? NO LO SÉ. ¿TE AMO? TAL VEZ. YO TE ADMIRO. YO TE VOY A EXTRAÑAR.
Gabriel José de la Concordia García Márquez, esto es la crónica de una muerte anunciada. Esto sos vos y sos vida, color, viento, sabor, ritmo, música, amor, venganza, sangre, tierra mojada, exilio, valor, pero por sobre todas las cosas sos poesía. Sos palabra y sensación. Sos lo más grande que hay.  Eternamente agradecida. Te deseo lo mejor para este nuevo viaje, te deseo amor, quiero devolverte un poquito de lo que me diste y por eso te dejo que te lleves ese pedacito mío. No sufras por favor, que quien dispone de esas cosas te ampare hoy y siempre.

Viejo mío, gracias por tanto.