Demasiadas veces tenemos miedo. Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer. Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos. Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas. Decimos que no cuando queremos decir sí. Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con todo cuando deberíamos cerrar la boca. ¿Por qué? Después de todo sólo vivimos una vez. No hay tiempo de tener miedo. Entonces BASTA. Hacé algo que nunca hiciste, atrevete. Olvidate de que te están mirando. Intentá la jugada imposible. Corré el riesgo. No te preocupes por ser aceptado. No te conformes con ser uno más. Nada te ata, nadie te obliga. Se vos mismo. No tenés nada que perder y todo, todo, por ganar.

lunes

Un Infierno


El agravio de tus labios, que juraron y engañaron,



embeleso de tu beso donde preso me quedé.

Un zarpazo fue tu abrazo y tu piel de seda y raso,

un infierno cruel y eterno donde el alma me quemé.

El hastío con su frío hizo nido en todo mío,

si quererte fue la muerte, el perderte es morir más.

Que misterio es el cariño que en la cruz de tu abandono,

todavía te perdono y te quiero mucho más.



Clavaste

sin temor, con toda el alma,

a traición y por la espalda

un puñal, ¿y para qué?

No ves

que estoy herido y te sonrío

que aún te llamo cielo mío

y que aún beso tu puñal.

¡No lo ves,

que pese a todo y contra todo

en el cielo o en el lodo

yo te quiero siempre igual!



Maldecirte, no seguirte, no quererte, aborrecerte,

libertarme de tus manos, rosa fresca, no podré.

Como un ciego tambaleo sin tu voz, sin tu sonrisa,

cielo y brisa, tierra y todo, me recuerda tu querer.

Siempre arde, noche y tarde, esa antorcha de tus ojos

en tu pelo soy abrojo que pretende ser clavel,

como hiedra que se aferra a la piedra inevitable,

de tu amor inolvidable aferrado me quedé.

No hay comentarios:

Publicar un comentario